“Canadá” (“Canada”), de Richard Ford. Anagrama, Barcelona, 2013 – Buenos Aires, 2014, 510 páginas. Traducción de Jesús Zulaika. En España: 24,90 euros. En Argentina: 165 pesos.
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“Primero contaré lo del atraco que cometieron nuestros padres. Y luego lo de los asesinatos, que vinieron después. El atraco es la parte más importante, ya que nos puso a mi hermana y a mí en las sendas que acabarían tomando nuestras vidas. Nada tendría sentido si no contase esto antes que nada”.
Tal el comienzo, movilizador e inquietante, de la última novela del norteamericano Richard Ford, uno de los grandes narradores contemporáneos. Esta novela de iniciación se muestra macerada, pensada hasta los últimos detalles, como son esas líneas inaugurales, infrecuentes por su originalidad y por su capacidad de cautivar al lector desde el primer momento.
“Canadá” es narrada en primera persona por Dell Parsons, un chico de 15 años que vive la experiencia límite de tener que dejar su país y trasladarse de súbito a la nación que da título a la novela, un territorio tan vasto como desconocido para el adolescente que es sacado de la noche a la mañana de un mundo previsible para sumergirlo en (lo que para él resulta) un verdadero caos.
Con todo, la vida familiar de Dell no se presenta como un paraíso, porque sus padres son muy conflictuados y no tienen claro cómo vivir, cómo proyectar el futuro. Tampoco le es fácil la convivencia con su hermana gemela Berner, pero pese a todo cada uno de ellos le brindan amor y aunque los padres parecen estar en huida permanente, el adolescente protagonista se siente contenido, comprendido en el hogar. Por eso, el brusco cambio de vida le resultará tan traumático.
Tres partes diferenciadas
La novela está dividida en tres partes muy diferenciadas. En la primera, la más extensa, Dell recuerda la vida vivida con sus padres y su hermana en los comienzos de la década de 1960, en Great Falls, Montana, estado lindante con Canadá. La segunda parte refiere a su breve pero fundamental estancia en el territorio canadiense de Saskatchewan y la tercera y última lo muestra ya anciano recordando esos acontecimientos que marcaron su vida.
El autor ha aclarado que en este relato hay escasísimos aportes autobiográficos, aunque ha hecho que Dell tenga aproximadamente su misma edad, quizás para que los recuerdos del adolescente sean los correctos, más allá de que la vida de autor y la del personaje protagónico discurrieran por senderos muy diferentes.
Ford ha vivido también en Montana, donde se inicia el relato, pero nunca residió en Great Falls, una población relativamente pequeña en los ’60 del siglo pasado, en la que también transcurre otra de sus novelas, “Incendios”. El narrador ha aclarado que “su” Great Falls poco y nada tiene que ver con el real pero que éste, aunque mitificado, sigue siendo para él “un territorio provocador”.
Resultan fascinantes los personajes de los progenitores de Dell, especialmente Bev, el padre, veterano de la Segunda Guerra Mundial quien, alejado de las Fuerzas Armadas, ignora cómo hacer pie en la vida civil y por consiguiente comete una serie de errores que lo llevan a idear el mencionado asalto al banco para salir de la encerrona. Su mujer, Neeva, con la que se lleva muy mal, se suma al proyecto con la intención de que Bev no haga disparates. Por supuesto, ella, absolutamente ajena al mundo del delito, sólo acentúa los problemas.
El escritor disléxico
Ford padece una ligera dislexia, por lo que siempre ha tenido dificultades para leer y escribir, sin afectar su inteligencia. Él sostiene que de dicho trastorno ha sacado ventajas: ”A consecuencia de mi lentitud en la escritura y la lectura, mis libros son más pacientes y profundos que acelerados y superficiales”, le ha asegurado a Alex Vicente, cuando éste lo entrevistó para El País.
Es lenta, pero profunda, la comprensión de Dell respecto del “nuevo mundo” que lo espera allende la frontera. Al lugar llega conducido por Mildred, una amiga de su madre, que lo traslada para evitar que el chico sea recluido en un reformatorio. Lo pone en manos de su hermano, Arthur Remlinger, personaje complejo, contradictorio, un norteamericano que ha buscado refugio en Canadá por cuestiones criminales que el adolescente tardará mucho en conocer. Cuando las conozca se verá involucrado en episodios violentos que nunca podrá olvidar.
La vida casi marginal propia de esa zona fronteriza, casi salvaje, confunde a Dell y más lo confunde el mestizo Charley Quarters, un hombre de difícil trato, sucio y ambiguo, con el que tendrá que convivir y al que siempre temerá. Le cuesta mucho al protagonista comprender y aprehender su entorno, tan distinto a lo que dejó en Montana. Pero más le cuesta asumir su absoluta soledad, puesto que su hermana Berner se había escapado poco antes de que llegara Mildred para buscarlos, y perderá de vista a sus padres.
El poder volver a empezar, el “intentarlo” siempre, como propone Ford, los lazos complejos entre padres e hijos, el amor, el desamor, constantes en la obra del norteamericano, se reiteran acá narrados, como expresó Rodrigo Fresán, con “esa prosa áspera, propia de Montana”. La novela cerrará con los recuerdos de Dell ya anciano y que incluye el último y melancólico encuentro de los hermanos. “Mi madre me dijo –reflexiona el Dell anciano- que tendría miles de mañanas para despertar y pensar en todo esto cuando ya no hubiera nadie para decirme cómo sentirme. He tenido ya varios miles”. Por lo tanto, es la hora de hacer balance. La hora de contar su difícil pero fascinante historia.
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Fotografías laterales: imágenes de Saskatchewan, Canadá.
“Canadá” apareció en septiembre de 2013 en España y fue distribuida en marzo de este año en Argentina.
“Pero yo no había matado a nadie. Ni en mi sueño ni fuera de él (aunque había ayudado a enterrar los cuerpos de los dos estadounidenses, y hay una deuda por ello en alguna parte, y debo pagarla)”.
Perfil
Richard Ford (1944, Jackson, Mississippi, Estados Unidos) ha publicado siete novelas: “Un trozo de mi corazón” (1976), “La última oportunidad” (1981), “Incendios” (1990), “Canadá” (2012) y la trilogía protagonizada por el personaje Frank Bascombe:“El periodista deportivo” (1986), “El Día de la Independencia” (1995; premios Pulitzer y PEN/Faulkner) y “Acción de Gracias” (2006), tres libros de relatos: “Rock Springs” (1987), “De mujeres con hombres” (1997) y “Pecados sin cuento” (2002), el libro de memorias “Mi madre” (1998) y “Flores en las grietas”, selección de ensayos (2012). Está casado desde 1968 con Kristina Hensey. Es autor del guión de “El despertar de un ángel” (“Bright Angel”) película de 1990 dirigida por Michael Fields. Ha sido responsable de varias antologías, especialmente las editadas por la revista Granta. Colabora con diversos periódicos de su país. Es profesor de Escritura en la Escuela de Artes de la Universidad de Columbia y fue galardonado varias veces con los principales premios literarios de Estados Unidos. Se encuentra inédito su último trabajo, cuatro relatos breves sobre el paso del huracán Sandy, ocurrido en noviembre de 2012, con Bascombe como protagonista y que llevaría como título “Let Me Be Frank with You” (“Déjeme ser franco con usted”).
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Algunos enlaces:
”Flores en las grietas”, entrevista de Álex Vicente, El País, 22/8/2013
”Otro país, otra vida”, comentario de “Canadá” de José Luis de Juan, El País, 22/8/2013
Obra de Richard Ford en castellano, en Lecturalia.com
Richard Ford en la Wikipedia en castellano
En inglés: