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Esta enfermedad, ACV (accidente cerebrovascular), es la que generalmente se entiende como un ictus, es causa de un infarto cerebral. También (según en qué medios y el modo de entenderlo) se refiere como ECV (enfermedad cerebrovascular). El infarto cerebral, en muchos casos se puede repetir.
Se va a hablar sobre uno de los efectos de la enfermedad: volver a andar.
En este artículo lo que se va a hacer es dar una serie de recomendaciones para familiares y amistades cercanas para que esa persona pueda volver a andar, al menos con andador, muleta, bastón y, si fuera posible sin ayuda de nada ni de nadie.
Se hablará desde un punto de vista Sociosanitario, así, en primer lugar está la persona, y después si fuera posible la consecución del proyecto que se lleve a cabo.
Si la persona al principio se mostrara reticente y temerosa a participar, es fundamental utilizar técnicas de comunicación (empatía, asertividad, escucha activa) y toda la paciencia del mundo. Nunca enfrentarse en discusión. Nunca desfallecer en el intento. Nunca prolongar conversaciones negativas. Una cara que sonríe, da ánimos.
Aprovechar al máximo posible el programa de fisioterapia y terapia ocupacional (es vital); si es en la sanidad pública por falta de recursos (será escaso), intentar compensarlo con participación de profesionales en centros o a domicilio, toda participación será bienvenida.
¿Andar…? ¿Puede volver a andar? Sí. En la mayoría de los casos.
¿Cómo le ayudamos? ¿Y si se cae?
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Recomendaciones para cuando esté dando sus primeros pasos:
–La paciencia es la mejor virtud. Comprender que esos primeros pasos, puede darlos en unas pocas semanas y después andar bastante bien, o puede darlos en varios meses, o quedarse así a medio andar y casi sin andar ya para siempre. Se le ayudará mientras lo necesite. En algunos casos vuelve a andar casi normal.
–Es muy importante que aunque parezca que no puede, se le incite a dar esos primeros pasos, contra viento y marea pero con paciencia. No dejar a esa persona empotrada en la silla de ruedas, ni aunque un médico haya dicho que ya no va a andar.
–Cuando da sus pasos con andador, una muleta o bastón:
La persona que le ayuda, se debe colocar al lado que tiene más débil, en estos enfermos hay un lado del cuerpo que se queda inmovilizado o casi inmovilizado. Se colocará al lado dejando un espacio de libertad para los movimientos. Y según el progreso la distancia será mayor, incluso a un metro cuando ande mejor.
Lo más importante de la persona que le ayuda, no es sujetarle, es darle confianza y ánimo. Hacerle ver que puede hacerlo, que puede andar. Aunque al principio parezca a todas luces que no puede. Si hoy da solo dos pasos, buenos son. Mañana tres. La semana que viene cuatro. Un camino no empieza sin dar un paso.
Si se dalea al andar y parece que va a caer, no cometer el error de correr a cogerle o ponernos pegados de apoyo para que no se caiga. No. Eso le perjudicaría y retrasaría los pasos ya andados (por miedo consciente). Por ejemplo, colocar la mano sobre su hombro o el costado para enderezarle en ese momento o sobre el brazo si tiene fuerza de apoyo y soltarle para que siga, a la vez decirle frases como: «¡Venga, que puedes!»«¡Animo, valiente!»«¡Esto para ti es pan comido!» Y al momento, dejar, no insistir, que siga andando como si nada. Es conveniente no dar importancia a ese hecho para que desaparezca lo antes posible de su cerebro el suceso, concentrándose en seguir andando, y si fuera necesario comentarle algo entretenido distinto de lo que se está haciendo.
Generalmente, estos enfermos en la recuperación se mueven muy lentamente, no acelerarle, no hay prisas. Hacer un programa en que de vez en cuando se aumente lo andado, pero que no sea algo obligado, el estrés es muy dañino.
No se trata de llegar a una meta. Las metas se acaban, los caminos continúan. Se trata de estar en el camino, y descansar de vez en cuando.
No olvidar un dato muy importante: Los niños aprenden a caerse antes de aprender a andar. No hacer escenas dramáticas cuando tenga una caída. Que la tendrá. Cuando suceda solventar la situación con la mejor cara posible, y olvidar el tema al menos durante un tiempo, ya llegará el día lejano que se hable de ello.
–Por último, unos datos que pocas veces se cumplen y muchas veces son la causa de que el infarto se vuelva a repetir… Dieta sana: No a las grasas saturas, no al colesterol, no a excesos en las comidas, no al alcohol, no al tabaco, no a una vida con estrés... Vida sana baja en sal, ejercicio y dieta a diario dan calidad de vida.
–¡Ánimo, que puedes!
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Juande / Sociosanitario y escritor
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