La transfiguración de Jesús, es también la nuestra, y ya está tocando la puerta de nuestra casa.
Lucas 9: 28 - 36
28
Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar.
Para orar con Dios, es decir hablar con Dios, hay que ponerse en consonancia con El, nosotros al orar tratamos de usar palabras halagadoras, pero eso es un criterio humano.
Para hablar con Dios debemos despojarnos de todo fingimiento, y hablar con total franqueza, el ejemplo que nos da el Evangelio, es la parábola del publicano y el fariseo, el publicano,, ni siquiera se atrevía alzar sus ojos, mientras que el fariseo se alababa a si mismo sin razón alguna.
Nuestra sinceridad bien meditada, es lo que nos acerca a Dios en las alturas, o sea subir al monte. -Y así lo hacía Jesús, como hijo de Dios se presenta ante su Padre tal cual es.
29
Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante,
Nuestra verdadera sinceridad y el reconocer lo que realmente somos,es lo que nos blanquea el alma, es la confesión sincera a nosotros mismo, puesto que Dios sabe perfectamente lo que somos.
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y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elias;
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los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.
La presencia de Moisés y Elias, nos indica que están vivos , que son vivos y puros o purificados por esa llama ardiente del Espíritu que vivifica todo lo que toca
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Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
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Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía.
No sabían lo que decían porque tampoco sabían donde estaban, sin embargo sabían que eran Moísés y Elias, aunque jamás lo habían visto. y es que en el cielo no hay extranjeros.
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Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor.
El temor de Dios es respeto, respeto a la integridad de Dios. respeto a su pureza, respeto en si mismo.
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Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.»
Dios nos exhorta a escuchar a Jesús, porque Jesús es su hijo y su enviado, es su palabra. es la verdad.
36
Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.
Moisés y Elias, representan la época en que la ley hacía tronar el escarmiento, al quedar Jesús solo, es porque ya la ley se ha superado y suena la trompeta de la libertad, la libertad es propia del hombre con Espíritu Santo, es libre porque el Espíritu lo hace libre, paradojicamente, - únicamente se puede cumplir con toda la ley una vez siendo libre, porque solo en libertad podemos amar a Dios y al prójimo, y de este modo también nosotros nos transfiguramos.
Dios quiere ser amado en Espíritu y en verdad-
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