TRUE DETECTIVE UNA SERIE POLICIACA ATÍPICAMENTE EXCELENTE
Matthew Mc Conaughey (Rust Cohle) y Woody Harrelson (Marty Hart) estelarizan “True Detective”, también son sus productores. Sin embargo el creador y guionista, es Nic Pizzolato y los ocho capítulos son dirigidos por Cary Fukunag. Es una serie de HBO.
Rush habla poco, mantiene le vista perdida, parece que reflexiona, quizás lo hace pero también alucina. Estuvo 4 años infiltrado en algunos casos de narcóticos y entre otras muchas cosas consumió“Angel Dust” fenciclidina, que tiene este peculiaridad, alucinaciones primarias, también llamadas “patadas de mula”, que quien la sufre saben que las origina, pero no dejan de ser desquiciantes. A veces, mientras su compañero Marty conduce el vehículo, Rust ve a una niña que le dice adiós, y es entonces, que él le pregunta a su compañero si cree en los fantasmas. Pues su hija murió en un accidente cuando ella tenía tres años, y es a quien ve desde la orilla de la carretera.
Marty es de mayor jerarquía, de carácter convencional, creyente, mujeriego, a pesar de que tiene una bella esposa y dos hijas pequeñas. Es un policía convencional, que sigue la línea de mando y cree en los valores tradicionales de Norteamérica. Rust Cohle, es la antípoda de su compañero. Un día Marty le pide que le hable de él, pues apenas se conocen y después de unas cuantas palabras, el mismo Marty le dice que se ha equivocado, que mejor siga reflexionando, que está mejor callado.
¿Qué le dijo Rust?
Pues que la consciencia del ser humano era una equivocación, una aberración de la naturaleza. En otra de esas andanadas filosóficas, frente a una congregación de fanáticos evangelistas, en una carpa, le vuelve a soltar una serie de verdades: “El virus de la religión, se aprovecha de estos paletos ignorantes y obesos, que se entregan y se dejan conducir por los ministros evangelistas.” Es decir que Rust es una especie de policía, filósofo, nihilista, que a cada momento dispara como francotirador y provocador, en contra Marty y de paso contra el espectador de ideología moral, es decir normopata, filosofía refinada, es como si Friedrich Nietzsche no hubiera muerto y fuera de pasajero y policía, obsesionado con los asesinatos.
El cadáver de una mujer desnuda, de rodillas y con una corona de cornamenta de venado ,con múltiples puñaladas en el abdomen, y un tatuaje en la espalda, que parece un laberinto concéntrico, es encontrada al pie de un gran árbol en los pantanos de Luisiana. Hay colgados de ese árbol, una estructuras piramidales construidas con ramas. Y que alguna mujer vieja, les contara que son para atrapar el tiempo.
Rust lleva una libreta en la que anota y dibuja los detalles de los caso, y por esto motivo se le ha puesto de apodo de “recolector de impuestos.” Tiene otra habilidad, es excelente para interrogar a los sospechosos, los lee, se hace su cómplice, los enreda, y finalmente obtiene sus confesiones. Él es realmente “El detective verdadero”, un sabueso, que intuye, que rastrea, que sabe que los criminales quieren confesar sus faltas y que solo hay que mostrarles el camino para hacerlo. Por ejemplo, a Marty no le importa profundizar sobre el crimen de la mujer con cornamentas de venado. Pero Rust le dice que esa mujer es parte de un escenario, de un ritual, que están llamando la atención, y que es posible que ese crimen se haya cometido con otras personas antes y que no se van a detener.
En efecto, se trata de un grupo de pederastas, en donde los ministros evangelistas, como suele ocurrir con otras religiones, se entremezclan con políticos y policías de alta graduación para cubrirse las espaldas. Son los monos alfa, que en la cima de sus días, quieren tener el poder sobre la vid y la muerte .La luz y la oscuridad.
Hay menciones, de algunos testigos de que el que más se ensaña con sus víctimas es un gigante que tiene marcas de cicatrices en la cara y el cuello, además de las orejas verdes.
Toda la serie va teñida de una atmosfera de misterios y de maldad engendrada por estos personajes siniestros, que se oculta uno detrás del otro como sombras, entre los pantanos y las iglesias abandonadas y en ruinas y que sirven para pintar sus remedos de mitología. Quizás, este sea el mismo fenómeno, que se pasea enfrente de nuestras narices en Ciudad Juárez, y en los feminicidios del Estado de México. Todas saben quien las mata, pero se hacen como que ven para otro lado.
En los primeros capítulos, incluso un par de detectives afroamericanos, interrogan a Marty por separado de Rust, a quien también lo mantienen en un interrogatorio. Aunque los asesinatos seriales ocurrieron en 1995, en el 2012 se les está volviendo a interrogar, a los detectives, que además ya han abandonado por diferentes motivos las fuerzas policiacas, el interrogatorio es porque sospechan que Rust, está tomando la justicia en sus manos.
A la historia central, en donde van dando tumbos en la búsqueda de los asesinos de mujeres y niños, se añade la de la vida personal de Marty, que le es infiel a su esposa, a la que quiere. En una de esas relaciones fuera de matrimonio le pregunta a su amigo, si es posible que un hombre quiera a dos mujeres. Rust le contesta que el hombre (el varón), no sabe amar. Y de nuevo se molesta consigo mismo por haber preguntado. Y la metáfora que vemos es como si Clinton le pidiera a Nietzsche que le explicara porque tuvo el affaire con Lewinsky.
La historia personal de Rust es el vacío y la obsesión por dar con todos los culpables, por las buenas o por las malas. ,
Esta magnifica serie puede verse, además de por la resolución de los casos, por el gusto de ver que dentro de la ñoñez de los norteamericanos, hay algunos seres pensantes, que no se la pasan tan bien, que su camino no es ser Bill Gates, sino seres que ven a sus congéneres con el mismo desprecio con que son criticados y marginados por ser diferentes. Y en efecto, como se puede leer en el subtítulo de la serie “El ser humano es el mas cruel de los animales.” Solo hay que intentar llegar al final de la serie para estar completamente de acuerdo.