osé Antonio estuvo presente durante mucho tiempo y desapareció de repente. Otro José Antonio nos ofreció el generoso Cielo y salimos ganando. Don José Antonio Durán y Lérida, el español mejor valorado por su aportación a la política nacional. Don José complace a todos por igual y es el mejor espejo en la nueva Gran Vía del Gato. Quiere ahora don José Antonio que los andaluces abandonen a la pobre Macarena y se pongan a bailar con don Javier de la Rosa. Irse a tomar vinos en la taberna del pueblo no es progresista, no, no lo es, ni tan siquiera es cristiano. La academia de don José Antonio enseña a ser moderno en el universo del subsidio: el abad Pujol enseña gestión bancaria, don Javier gestión de fondos soberanos, don Félix solfeo y música celestial. España no puede prosperar chupando migajas y untando en cacerolas de latón; un paso adelante hacía el porvenir es necesario, ahora que llegará el rescate financiero de la arruinada España es necesario rebanar la tartera con eficacia, las viejas costumbres deben dejar paso a las nuevas. Don José Antonio está presente de nuevo y gracias a la virtud cristiana será ejemplo en el nuevo deporte que tantos beneficios tiene. El que no lo haya comprendido que contacte con el señor Blanco en la gasolinera más cercana.
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