Es un tema antiguo, pero de rabiosa actualidad y afecta a ambas partes, es decir... a todos.
En lo que se refiere a nosotros, solo nos queda la defensa. Ésta tiene que ser enérgica y constante, pero con tiento.
Tiene que ser una buena defensa. Que reduzca al mínimo los daños colaterales. Para todo ello tenemos a nuestra disposición un valioso instrumento...la palabra.
¿De que se trata? Pues veras... de los inmigrantes sin conciencia.
¿Que quiero decir...sin conciencia? ¿sin conciencia, de que?
Primero permiteme que te haga una pequeña exposición.
Por regla general, cuando las personas emigramos, solemos hacerlo por necesidad. Para conseguir mejorar nuestra calidad de vida. Que nuestros hijos dispongan de mas oportunidades. Conseguir cosas que en nuestro país de origen nos están vetadas.
Por estas y otras razones, entramos en un país distinto al nuestro. Muchos tenemos que aprender un nuevo idioma, talvez nuevas costumbres y pasar algunas penurias antes de sentirnos plenamente integrados. Padecemos mas o menos, dependiendo de las diferencias de ambos países o de nuestras habilidades.
Pero... lo hacemos con ilusión, con la esperanza de aportar mejoras a los nuestros y a nuestra vida.
Somos respetuosos con el país de acogida. Antes de ir ya disponemos de todos los datos y sabemos a lo que nos enfrentamos. Estamos mentalizados.
Somos conscientes de lo que estamos haciendo.
No se trata de llevarnos un trozo de nuestro país de origen, para plantarlo allí donde vayamos. Tampoco de transformar a nuestro gusto y capricho, al país de acogida.
Nuestra identidad, nuestra cultura, nuestra historia queda a buen recaudo en el país que estamos dejando.
Somos conscientes que allí donde nos dirigimos, no es tierra virgen. Los habitantes de ese lugar, han elaborado con el tiempo, un entorno, con el que están plenamente identificados...como nosotros lo estamos con el nuestro.
Por supuesto, lo que hagamos en la intimidad de nuestro hogar, nos pertenece, sin importar donde estemos.
Por otra parte cuando nos mudamos a otro país, talvez no lo hagamos con la intención de quedarnos para siempre. Nuestro objetivo como ya hemos comentado es mejorar nuestra calidad de vida, para posteriormente volver a nuestro país con los recursos conseguidos.
Si nos encontramos bien allá donde vayamos, podemos optar por quedarnos...claro está.
Podemos concluir diciendo que el eje central de nuestro objetivo es...trabajo=dinero=bienestar.
Por suerte, la mayoría de emigrantes se comporta así. Tienen conciencia de esta lógica sencilla y ello redunda en beneficios tanto para ellos, como para allí a donde van.
Pero existe una parte que, aunque es minoría, representa un porcentaje muy grande de la emigración hacia Europa.
Esta parte es a la que me refiero como emigrantes sin conciencia. Sin conciencia de lo que he comentado mas arriba.
Conozco a estas personas y tu a poco que observes, hables con ellas y leas sobre ellas y sobre su historia te darás cuenta de ello.
Sí, se trata del mundo musulmán.
En su lugar de origen encajan a la perfección y tienen todos los derechos habidos y por haber.
El problema radica en el amor desmesurado que profesan hacia su religión... rayando en el fanatismo; con el agravante de que su religión marca las pautas a seguir en las leyes civiles, formando un bloque indisoluble.
Y claro, vayan donde vayan quieren que esto prevalezca sobre todo. Si no lo consiguen al momento, lo organizan para medio plazo y si tampoco es posible, lo visualizan a largo plazo y acaban consiguiéndolo.
Son muy tenaces y nunca pierden de
vista su objetivo. Su fe incondicional los hace invulnerables a todo.
Por otra parte, los países demócratas hacia donde se desplazan, son muy vulnerables con relación a esto, precisamente por ser demócratas y tratar a todo el mundo como tales, cuando buena parte de éste, no lo es.
La clase dirigente de la religión de Mahoma encuentran mucha facilidad para imponer sus preferencias allí a donde van.
Usan las propias leyes del país donde emigran, para hacerse un hueco a todos los niveles. Leyes muy cándidas, pensadas para personas sin intenciones.
Quisiera hacer hincapié en este punto:
La mayoría de las personas musulmanas, podríamos hablar tranquilamente de un 60% o más, no tienen ningún tipo de intención. Son personas sencillas, con motivaciones sencillas, a las que les han inculcado unos preceptos, que muchos siguen por inercia, por respeto a la familia y temor al entorno fanático.
El entorno fanático es el que tiene la batuta. Lo constituye la clase dirigente de algunas de sus ramas. Guías espirituales a los que se les considera casi como a profetas y un sinfín de otras personas influyentes, hasta encontrarnos con los Imanes. Todos ellos van a una y mantienen al 100% de la comunidad dentro del redil.
Por desgracia, en el mundo musulmán, como en todas partes, también existen los extremistas. Son los que buscan el enfrentamiento, la lucha y si es menester la guerra.
Son los menos, pero...
Son los que mantienen despiertos a los, no tan extremistas y entre unos y otros forman un bloque obediente a cualquier orden, por disparatada que ésta sea.
Esto no ocurre con las demás religiones masivas del mundo.
Puede que ocurra con algún que otro, pequeño grupo religioso, sin capacidad o poder para cambiar o eliminar identidad alguna.
Siento un rechazo absoluto hacia los extremistas. Tampoco soporto a los antiinmigrantes, racistas y xenofobos.
Por otra parte, puede que el desconocimiento sobre este tema, te lleve a pensar que éstas afirmaciones son desmesuradas. Ten un poco de paciencia y recuerda que el desconocimiento de algo, no elimina ningún peligro...de haberlo.
Prosigamos.
Todos los seres humanos somos libres y no podemos dejar que otros nos subyuguen.
Abrimos nuestros brazos sin vacilar, en ayuda de todos aquellos que quieran mejorar su situación.
Personalmente me alegro de su llegada.
Pero en el caso del mundo musulmán... la mentalidad medieval de la que hacen gala, añadido a las insinuaciones de sus lideres, hace menester que nos pongamos en guardia, cuanto antes mejor. Hemos dejado pasar mucho tiempo.
¿Que quiero decir con ponerse en guardia?
Pues, darles la bienvenida como a todo el mundo, como hasta la fecha se esta llevando a cabo; pero haciendo una diferenciación entre lo que el país de acogida ofrece a todos los inmigrantes y lo que este grupo en particular pretende ofrecer al país de acogida... sin su consentimiento.
Y tú, ¿qué opinas?
Quizás por el momento no tengas la información suficiente como para poder posicionarte al respecto.
Si este fuera el caso, en próximos capítulos intentaré desgranar
los diferentes matices que envuelven a esta problemática y puedas moverte en la dirección que creas oportuna.
También podría ser el caso, que yo NO estuviera en lo cierto, por lo que te agradecería me abrieras los ojos.
Yo por mi parte...
No soy el típico personaje cargado de datos técnicos, que están en pugna a su vez, con más datos técnicos, aportados por otros. Creo ser como tu, una persona común, que esta cargado de “sentido común” y solemos razonar con el suficiente acierto, como para tirar por tierra la altivez de dogmas, que solo sirven para atontar y esclavizar.
Pero necesitamos pararnos de vez en cuando, para poder poner en orden...conceptos.
La libertad de informarte y opinar sobre cualquier tema...no esta al alcance de todo el mundo.
Este es un valioso privilegio que deberíamos guardar como “oro en paño”.
La comunidad musulmana no dispone de este tesoro.
Ellos no pueden opinar. Su opinión esta escrita en el Corán. No hay opciones de ningún tipo. No hay decisión personal. El Corán rige su vida a todos los niveles.
Su opinión sobre cualquier tema, descansa en la interpretación que den sus guías espirituales, a la lectura que estos hagan del Corán.
Ya se que éste es el procedimiento de la mayoría de las religiones, pero dejame que intente desgranar éste tema en el próximo capitulo.
Mientras...toma nota de todo lo expuesto, como algo a considerar. Yo también seguiré pensando en ello por si estoy en un error.
Te agradezco que hayas leído hasta este punto.