Seguro que te preguntas un montón de cosas en esta hora oscura. No te quemes las pestañas, sal a la calle, abandona el zapato de Cenicienta y compra un buen par de Manolos. Sube a lo alto de sus tacones de vértigo y dale un puntapié a eso que te jode la vida. Sigue adelante, a ver si puedes avanzar sin convertirte en estatua de sal.
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ZAPATOS DE TACÓN
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