Mi mujer ha cumplido años y yo he estado de espectador, como en casi todos ellos incluso cuando ella era menor de edad legalmente. No diré cuantos son los que ha cumplido y mucho menos los que yo quisiera que cumpliera, porque en ambos casos me metería en un problema y a estas alturas lo mejor es evitarlos porque nunca he sido un santo y hay que hacerse perdonar los errores cometidos aunque no te los perdonen. Mi mujer ha cumplido años y se que ya no me tolera, que soporta que estemos cerca porque estamos lejos, pero que me quiere, como yo la quiero, porque entre otras cosas hemos formado juntos una familia de la que estamos orgullosos y no queremos destruir para que al menos los descendientes tengan esa imagen familiar, y cuando la valoren, del sacrificio mutuo por la familia. Mi mujer ha cumplido años y al despertarse solo me ha tenido a mi cerca. La mía ha sido la primera felicitación que ha recibido y quien primero percibió su ansiedad en este día siempre molesto he sido yo, el mismo yo de hace más de cuarenta años que ella descubrió algunos después. Mi mujer ha cumplido años, ha pasado la madurez y se acerca al otoño de su vida y aunque no lo sepa ni lo quiera aceptar, soy quien único tiene cerca para compartir los años que nos queden. Los padres y ascendientes han desaparecido o están lejos, las hijas han emprendido el camino de sus vidas, los nietos aún esperan saber qué va a ser de ellos y sólo le queda cerca este viejo que comparte piso con ella y que quizás ya no representa nada en su vida, más que un recuerdo, muchas vivencias y el tronco de una familia a la que adoramos. Mi mujer ha cumplido años y heme aquí, escribiendo sobre ella mientras escucho música de nuestra vida común y bebo un Rioja Gran Reserva Marques Riscal del 2002, sabiendo que ella odia que beba y que detesta verme escuchando mi música y viviendo mis recuerdos o que si lo descubre me ganaré un pleito con cualquier pretexto o justificación. Mi mujer ha cumplido años y yo no concibo un minuto de mi vida, para bien o para mal sin ella, porque aún cuando no la conocía esperaba conocerla y como dijo alguien hace muchos años “nunca hemos tenido en la vida ni un si ni un no” sino todo lo contrario y ella entenderá, quizás, todo lo que ha ocurrido en nuestras vidas. ¡Felicidades Margara! ¡Te quiero! ¡Gracias por el tiempo tan feliz que he vivido contigo y la familia que me has dado! ¡Perdoname!
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