No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento. Se mantuvo callado todo el tiempo y siguió trabajando con toda normalidad. Acudía todas las mañanas temprano, se cambiaba de ropa, cogía el puro del día anterior comenzando a mordisquearlo con los dientes, para practicar un poco antes de comenzar. Fred le miraba divertido e irónico, pero callaba, estaba delante de un maestro. Pasaron los días y el trabajo terminó, llegó a su fin. Edward se acerco a Billy y le dijo entre divertido y preocupado, "te has fijado que la puerta del apartamento se abría al revés". Billy le respondió, "tenía que ocultarte a la chica".
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