El reloj siempre ha sido la gran barrera entre ellos. Solo disponen de minutos para poder decirse lo que desean. Una pantalla les separa, les impide tocarse, acariciarse. Un vigilante que se muestra hostil y controlador. Tienen lo que pueden y lo que las circunstancias les permiten. Después de años de cautiverio, son felices, se aman.
↧