El modelo de Sistema Nacional de Salud era a principios de los ochenta, una aspiración de los progresistas españoles.
Un Sistema Nacional de Salud supone un sistema sanitario que se basa, entre otros, en los siguientes principios:
1.- Cobertura universal, para asegurar que no hay barreras por ninguna razón.
2.- Financiación por impuestos, para asegurar que paga mas quien mas gana
3.- Gratuidad en momento de uso, para asegurar que usa mas quien mas necesite.
4.- Provisión publica de servicios de manera mayoritaria.
Este modelo es el que define la Ley General de Sanidad de 1986.
Hay que recordad que la Ley General de Sanidad impulsada por el Ministro de Felipe González, Ernest LLuch, no fué apoyada por la derecha española que la tachó de imponer un modelo comunista de sanidad.
Buena parte de la derecha sanitaria española no ha creído nunca en este modelo sanitario y no es casualidad que el PP en 1996 intentara con Aznar en el Gobierno, imponer un modelo de provisión mixta que incrementara el papel de la iniciativa privada.
No les salieron bien esos planes pero se iniciaron los modelos de provisión privada amparados en el llamado Modelo Alzira en Valencia.
Nunca ha habido duda del interés del PP por abrir espacios a la iniciativa privada en la gestión de la sanidad publica.
Desde que gobiernan en Valencia hace ya varias legislaturas. Desde que Esperanza Aguirre lo hace en Madrid.
Y ahora, desde que gobierna en Castilla la Mancha María Dolores de Cospedal.
En estos dias, con la excusa de la crisis, altos dirigentes del PP argumentan sobre la conveniencia de extender la participación privada en la gestión sanitaria de las CCAA.
Ha sido siempre el proyecto de la derecha sanitaria para todas aquellas CCAA donde haya espacio para el negocio privado a costa ce la sanidad publica.
Extender ese modelo dando preponderancia a la iniciativa privada en la gestión de servicios públicos, rompe el modelo sanitario de la Ley General de Sanidad que apostaba por la provisión mayoritariamente publica.
De igual modo, el modelo de SNS de la Ley General de Sanidad apuesta por una cartera de servicios común y de la mayor calidad. Ello evita inequidades. Nuestro SNS huye de establecer cartera básica y cartera complementaria porque eso supone un sistema dual. Con prestaciones básicas para todos y complementarias para los que pueden pagarlas. Y eso, es una base para la inequidad.
Pues bien, esto es lo que nos plantean algunos dirigentes del PP y en especial, los ministros de Guindos, Montoro y Mato.
De esta forma, terminaríamos por tener una cartera para todos (incluidos lógicamente sectores menos favorecidos) y el resto de prestaciones serian asumidas por quienes quisieran y pudieran pagar.
Otro elemento de cambio de modelo.
Y si se introducen formulas de copago en las prestaciones básicas, que estamos a la espera de ver si se hace y se anuncia en tres dias, también se produciría otro elemento de cambio de modelo.
Por lo tanto, no es una cuestión de recorte de gastos o de mejor gestión.
Todo recorte de gasto o elemento de mejor gestión que no afecte la calidad asistencial ni retire prestaciones, será bienvenido y podrá contar con mi apoyo.
Pero los elementos citados, usando como excusa la crisis económica, suponen un cambio de modelo sobre el que siempre ha planeado la derecha sanitaria española.
Y ese cambio de modelo no puede contar con el apoyo del PSOE.
Al PP no le votaron para cambiar el modelo.
Y en cualquier caso, no dejaremos de denunciar que ese cambio de modelo es lo que está en el fondo de sus incitativas.
La Ministra Mato no va a quedar políticamente impune.
No podrá ser ministra del mejor SNS que ha tenido España en el concierto internacional.
Y no podrá seguir vendiendo que quiere un pacto por la sanidad cuando no ha dedicado ni un segundo al dialogo, al menos con el PSOE.
El pacto por la sanidad solo tiene sentido si es para mantener el modelo con las reformas necesarias y por supuesto, tiene sentido si se dialoga.
Por eso, no es una cuestión de recortes de gastos, de ahorros o de mejor gestión.
Es una cuestión de cambio de modelo que, de ejecutarse, pagaran caro los ciudadanos y los pacientes españoles.
Con perdida de calidad asistencial u con perdida de equidad y cohesión.
Pepe Martínez Olmos