Hubo una vez, hace mucho tiempo, casi tanto que no puedo recordarlo, un bloguero que escribía en La Comunidad de El País con el nick de Jpolinya. Usaba un avatar en el que se veía un hombre con chivita y bigote fino que se quitaba elegantemente el sombrero, casi con respeto, cuando aparecía comentando en los blogs.
Su blog se llamaba “De miratges i altres atzucacs”, pero como no conozco el valenciano siempre fue para mí el blog de Polinya y no se qué quiere decir en el nombre. Él decía que su blog eran “acotacions ingènues a la realitat que ens envolta” y ahora que lo extraño tendré que pedirle a alguien que me lo traduzca, para saber qué quería decir con eso.
Polinya era o es, nadie lo sabe pero yo si, una persona decente. Yo se que además de eso era un viejo barbudo valenciano, que decía lo que quería y pensaba decir, que un 26 de noviembre de 2008 dejó de publicar y que aunque intenté entrar en su blog de otras plataformas no lo logré.
Ya me estoy cabreando. Si una vez quise comerme una paella con Polinya ahora quiero mandarlo a la mierda, decirle que él es esto y lo otro, pero de pronto pienso que quizás Polinya no existe, que es solo un nick (y un nick es solo un nick), que Polinya es uno de los muchos internautas que solo quieren dejar su impronta en el ciberespacio y que asumen otras personalidades, y entonces miro el avatar quitándose la chistera y me rio, casi tanto como Polinya lo hizo de nosotros.