M.O.P está sentado contemplando la lejana puesta de sol y añorando con tristeza unos ocasos que ya no puede disfrutar. Algo que le ocurre todos los atardeceres. Ante él se extiende un paisaje árido que en nada recuerda la verde policromía de otros lugares vistos en el pasado, que en este momento añora. Y otra vez farfulla tartamudeando:
- ¿Por qué he hecho lo que he hecho?
Se encoge de hombros una jornada más, ya que no es capaz de encontrar una respuesta convincente a su pregunta cotidiana. Trata de olvidar el tema e intenta consolarse pensando en otra cosa que le hace afirmar convencido, aunque sin alterar su rictus de tristeza:
- Aunque tengo que reconocer que el éxito me acompaña en este momento, hasta el punto de que todos me conocen por mi nuevo nombre. ¡Que yo mismo es el que ahora uso! Porque ya no soy J.R.O sino M.O.P apelativo adjudicado por mis admiradores.
Agita la cabeza una y otra vez y es incapaz de evitar una nueva protesta:
- ¿De qué me sirve la fama, con la lejanía en la que se encuentran esos nuevos amigos? Necesito su proximidad para sentirme realmente acompañado por ellos.
Esa lamentación la viene haciendo más o menos desde que comenzó la nueva vida que lleva disfrutando, dando al vocablo la cuarta acepción que el diccionario establece como se ha dicho en repetidas ocasiones. Porque ahora echa de menos muchas cosas que nunca tuvo conciencia de que significaran algo importante en su vivir. El florecer exuberante de las plantas en primavera, cuando los tallos desnudos comenzaban a recubrirse de hojas que crecían imparables. La aparición posterior de las flores multicolores. El vuelo pausado y lento de las blancas cigüeñas y el veloz aleteo de los pajarillos volanderos. Hasta evoca con ilusión algo que en otras épocas le molestaba, el canto repetido y soso del cuco, monótono sonido que ahora desearía oír.
Vuelve la vista en otra dirección y en lo alto divisa una estrella que conoce muy bien porque siempre le recuerda lo mismo. Cuando la contempla no puede evitar sentir un deseo vehemente de divisar a Selene, la Luna.Un cuerpo celeste que nunca le provocó el menor interés pero que en el presente añora todas las jornadas. Porque el sustituto que tiene a la vista es un astro pequeño y con forma de patata que no le inspira emoción alguna.
Nervioso y enfadado, protesta contra sí mismo con una frase repetida otra vez más.
- Encima, aunque esté dispuesto a pagar lo que sea por la anulación del contrato que firmé, es imposible dar marcha atrás porque no hay posibilidad material de deshacer lo hecho.
Y le asalta un extraño deseo que jamás le había asaltado en todo su existir. La apetencia de despojarse de las complejas vestiduras que en el hoy ciñen su cuerpo y pasear ligero de ropa por los alrededores de su extraña y nueva mansión.
- A ver si ahora me voy a volver exhibicionista - se dice moviendo los brazos con fuerza.
Pronto reconoce pesaroso que ni siquiera tal actividad le es posible hacer porque el lugar donde se halla no permite realizarla. Y es que ese lugar es Marte, el "planeta rojo", al que ha llegado de forma voluntaria formando parte del proyecto "Mars One" que consiste en cambiar el viejo mundo por el nuevo astro. Un lugar del que se comprometió por escrito a no regresar, algo imposible de hacer puesto que técnicamente no se puede organizar el adecuado viaje de vuelta.
No hay duda que ha alcanzado la fama porque en el globo terrenal mucha gente sigue las incidencias de la excursión cósmica. Y como él ha sido el primero de los seleccionados para ella, sus admiradores le han bautizado con un significativo nombre. Pero no le devuelve la ilusión y el optimismo el que todos le reconozcan como M.O.P, Mars One Primer.
--------------------------------------------------------------------------------------------
Una vez más la historieta recoge una realidad posible ya que el viaje al planeta rojo tal como aparece descrito en ella está realmente programado. Y en el año 2013 se han apuntado ya muchos voluntarios que pretenden hacerlo. Si alguien quiere confirmarlo puede hacerlo aquí